Lo que te voy a contar hoy es un trauma que me persigue cada vez que oigo la frase “presentación en grupo” o “examen oral” o “dinámica en grupo”…
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO….¿por quéeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee?
De verdad, el mundo se me viene abajo cada vez que sé que tengo que hablar a una audiencia de más de cinco personas.
El caso es que como la mayoría de las clases en la universidad, el profe mandó una presentación en grupo.
A ver, normalmente lo paso mal, pero tampoco es algo por lo que echarse a llorar.
Pero aquella vez fue diferente.
Era una presentación sobre derecho internacional. Como la mayoría de trabajos en equipo, cada integrante hizo su parte de manera individual y después, lo juntamos el último día rápido y corriendo (primer error)🙄
Yo sí que me había preparado mi parte: lo ensayé un par de veces en mi cuarto y pensé que estaba lista para exponerlo delante de toda la clase. Qué inocente.
Fui la tercera en exponer… pero desde que empezaron mis compañeros mis pensamientos tóxicos se apoderaron de mi:
…Todo el mundo me estaba mirando,
…No me debería de haberme puesto esta ropa
…Van a notar lo nerviosa que estoy
…Van a ver que estoy todo el rato mirando el papel
Jo…que bien lo están haciendo mis compañeros… voy a quedar como la mierda…
Como era de esperar cuando llegó mi turno para presentar era todo un flan.
Notaba como todos los ojos me miraban; como si pudiesen leer mis pensamientos.
Comencé a hablar y me temblaba la voz.
Sentía que el corazón se me iba a salir del pecho.
Y de repente fue como si se parase el tiempo. Como si no tuviese nada en la mente.
Por suerte, tenia un guion en la mano “por si acaso”, pero me sentía torpe intentando leer por donde iba.
Hubo un silencio. Para mi duró una eternidad… aunque tan solo fuesen unos segundos.
-¿Qué me pasa? Pensé…
y por un momento consideré el fingir que me iba a desmayar o que me encontraba mal…. Al menos así tendría una excusa por haberme quedado en blanco… decir que he tenido una bajada de tensión o algo. Sabía que eso empeoraría las cosas por lo que proseguí con la presentación tratando de disculparme:
“ Lo siento es que estoy muy nerviosa”.
Acorté mi parte lo máximo que pude para acabar con mi sufrimiento en público.
Lo peor de ese día fue el feedback de la profesora:
“Me ha gustado mucho la presentación, pero puedo ver que no te has estudiado tu parte”
What?! No se había dado cuenta de que estaba super nerviosa?! . Me cabreé por dentro. Sabía que había puesto más empeño que el resto de mis compañeros pero que por mis escasas habilidades comunicativas y ansiedad social no podía demostrarlo.
Me entraron ganas de llorar… De teletransportarme a mi cuarto a oscuras a comer doritos, ver una serie y quedarme dormida…
De esto ya han pasado dos años… Miro atrás y me río pero, a la misma vez, soy consciente de lo importante que es el saber hablar en público y calmar los nervios.
Es preciso dejar claro que porque seas introvertido no quiere decir que se te de mal hablar en público, pero en muchas ocasiones van unidos de la mano. Pienso que puede ser porque en general, los introvertidos tenemos menos interacciones sociales que una persona extrovertida… por lo que al cabo del tiempo es una facultad que no tenemos entrenada y que nos deja en evidencia.
El hablar en público es una de las tareas de crecimiento personal que estoy intentando mejorar. Por mucho que lo odie es un área que te piden en cualquier trabajo, y que incluso, vas a necesitar en tu vida familiar… Imagina que tu hermana se casa y quieres dar su discurso de boda pero por tus miedos a hablar en público decides no hacerlo.
Eso es todo. Me encantaría escuchar vuestras anécdotas sobre presentaciones en público y si tenéis los mismos problemas!
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