La ansiedad en el gimnasio es mucho más común de lo que parece. Si tienes ya de por sí, ansiedad social, es posible que sea una pesadilla. Desde inscribirte al gimnasio, hacer tu rutina sin saber muy bien cómo funcionan las máquinas y conseguir frenar los pensamientos de comparación en tu mente.
El otro día me topé con un vídeo en Instagram muy gracioso: era una chica que hacia ejercicios aleatorios por todo el gimnasio. Cogía una pesa y la soltaba; hacia una sentadilla en medio del gym, y a continuación, daba un par de saltos verticales. Se podía ver en el fondo, a distintas personas haciendo ejercicio y, sin embargo, ninguna prestando atención. Y esa era precisamente la moraleja del vídeo: nadie está pendiente de ti.
He estado en ese mismo barco desde hace unos años, así que con la experiencia que he adquirido quiero ayudarte a vencer tu miedo y poder tener una rutina. He ideado diversos escenarios para que puedas elegir el que te veas más capaz de hacer.
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Sobre la ansiedad social
La ansiedad social es más que timidez. Es un miedo que no desaparece y afecta las actividades cotidianas, la confianza en uno mismo, las relaciones y la vida laboral o académica. Aunque muchas personas se preocupan ocasionalmente por situaciones sociales, pero alguien con ansiedad social se siente demasiado preocupado antes, durante y después de ellas.
- Te preocupas demasiado por las actividades cotidianas, como saludar a alguien, iniciar conversaciones, hablar por teléfono, trabajar o ir de compras.
- Evitas actividades sociales, como conversaciones en grupo, comer en compañía y fiestas
- Te resulta difícil hacer cosas cuando otros te están mirando; te sientes juzgado.
Cómo saber si sufres de ansiedad en el gimnasio.
Habiendo dicho esto es posible que tan solo tengas ansiedad social cuando vayas al gimnasio y no la experimentes en otro tipo de situaciones sociales.
La ansiedad en el gimnasio no discrimina entre género, tamaño, fuerza o nivel de condición física. También se ve como una gran interrupción para que muchas personas alcancen sus objetivos de salud.
El solo hecho de pensar en ir al gimnasio puede hacer que tu corazón se acelere y que las glándulas sudoríparas se activen, pero no por el entrenamiento en sí, si no por pensamientos negativos sobre cómo el resto de personas te verán.
Me pongo muy nervioso cuando estoy en un lugar ruidoso y lleno de gente, como el gimnasio. Si está demasiado lleno me voy, porque me siento muy intimidado.
Comentario de un usuario
Si tienes este tipo de pensamientos es posible que sufras de ansiedad en el gimnasio:
- «¿Cómo uso esta máquina?»
- «¿Estoy haciendo esto mal?»
- «Me veo tan gordo/flaco».
- «Estoy sudando demasiado».
- «¿La gente me está observando?»
- «Se han dado cuenta es mi primera vez aquí»
- “Se están riendo de mi”
- «¿Alguien me está grabando?»
- «Esta clase va a ser demasiado difícil para mí»
Todo lo que necesitas saber sobre la ansiedad social
Primeros pasos: cambia de mentalidad
No, no te voy a decir: «deja de tener ansiedad» para que de repente la ansiedad se vaya de tu cuerpo😅 . Con cambiar de mentalidad me refiero a que comiences reprogramar los pensamientos de tu mente. Va a ser un proceso lento, pero con el tiempo notarás un gran cambio.
En cuanto a la ansiedad social en el gimnasio, quiero empezar por normalizarla. Todo el mundo, sobre todo los primerizos, va a experimentar nervios en el gimnasio. Sé que la ansiedad va más alla de los nervios, pero quiero decirte que no eres el único. Es normal que si no estás muy seguro de ti mismo creas que todo el mundo te está mirando y observándote.
Me dí cuenta cuando fui por primera vez con mi hermana al gimnasio. No diría que ella tiene ansiedad social ni mucho menos. Siempre ha sido social y lanzada. Decidimos ir juntas a un gimnasio nuevo y comprobé como ella también tenia este tipo de pensamientos de auto-sabotaje. y es que. cuando estás en el gimnasio eres muy consciente de tu cuerpo y de los cuerpos de otras personas. Esto puede hacer que comiences a compararte con los demás.
Consejos para ir al gimnasio si tienes ansiedad social
Empieza de manera incremental
Si es tu primera vez yendo al gimnasio la clave es que te pongas metas fáciles de conseguir y que te den confianza poco a poco. Por ejemplo, la primera semana puedes proponerte simplemente ir. Sí, se que suena poco ambicioso pero ese es un buen primer paso para establecer una rutina y empezar a acostumbrarte al ambiente.
Establece un plan que te veas capaz de hacer. De nada sirve decirte a ti mismo que vas a hacer una hora en el gimnasio si cuando se trata de hacerlo acabas siempre posponiéndolo.
Si solo la idea de ir a un gimnasio te pone de los nervios este puede ser un buen objetivo para los primeros días. Con tal sólo ir ya has cumplido. Las siguientes semanas puedes probar a quedarte 30 minutos y aunque sea probar una máquina nueva hasta que te sientas más «suelto».
Pídele a un amigo que vaya contigo
Esto te va a quitar muchísima ansiedad de encima. El tener a alguien que vaya contigo va a hacer que te puedas relajar un poco más y centrarte en los ejercicios que haga tu compañero. Sentirás que la gente no solo te mira a ti, sino que la atención es dividida. Si es alguien que ya tenga un poco de experiencia en el gym incluso mejor.
La idea es que con el tiempo te familiarices con el espacio de tal manera que te sea más manejable el ir por tu cuenta en el futuro.
»Cómo hacer amigos si tienes ansiedad social
Ve a un gimnasio 24 horas.
Tengo una ansiedad social terrible en el gimnasio, así que voy alrededor de las 5 am. Es genial, solo hay un par de gente anciana y se me quita la vergüenza.
Es ideal para una persona con ansiedad social! 0 personas o super pocas a ciertas horas de la noche. Podrás probar máquinas que no tenías ni idea de cómo funcionan pero que te daba vergüenza probar con gente alrededor.
Ten siempre un ejercicio/máquina de repuesto
No sé porqué una de las cosas que me dan más vergüenza es tener pensado hacer un ejercicio y para cuando voy a la máquina se ha ocupado. De repente, no sé que hacer y siento que todo el mundo se ha dado cuenta y me está observando (sí, qué egocéntrica soy en realidad). Para ello, siempre tengo un ejercicio de repuesto en mente, de tal manera que si una máquina que tenía pensada hacer está ocupada no me quedo dando vueltas en el gimnasio como loca.
No mires a la gente
Es algo que suele hacer mucho la gente novata. Una de las cosas que más me intimidaban del gimnasio es que está lleno de espejos. Esto incrementa la sensación de sentirte observado y a la misma vez, hace que quieras comprobar si hay gente mirándote. Esto sólo va a hacer que te pongas más nervioso y que a consecuencia de éso la gente te empiece a mirar de verdad.
Cuando estés descansado entre ejercicios mira a tu móvil, todo el mundo lo hace. Mientras estés haciendo el ejercicio mírate a ti mismo, y si no estás acostumbrado a eso, céntrate en el músculo que estés trabajando y en las repeticiones. Esto te ayudará a estar en el presente y aislarte de tu alrededor.
Busca vídeos en YouTube
De vez en cuando me entra la paranoia de que estoy haciendo los ejercicios mal y que todos están riéndose en sus mentes. O que incluso alguien decide grabar mi mala forma, y el vídeo se va a hacer viral. Sí, mi ansiedad social y pensamientos contra-producentes se multiplican en el gimnasio. Para ello, de vez en cuando chequeo vídeo en YouTube sobre la máquina que tengo pensado hacer. ¡Por eso adoro tanto el Internet! simplemente anota el nombre de la máquina y te aparecerán docenas de vídeos de entrenadores personales explicándote cómo debes hacerlo.
Apúntate a una clase
Las clases son una buena opción para las personas que no saben qué hacer y que nunca han pisado el gym. La única ansiedad provendrá de si estás en forma suficiente como para seguir con la clase. Sin embargo, las clases son siempre ambientes amigables ya que nadie es un experto y la mayoría de las personas están probando ejercicios que son nuevos. Aún así, siempre puedes optar por ponerte en la última fila (es donde los novatos suelen ponerse).
Usa las pesas libres
El uso de pesas libres, balones medicinales, colchonetas de yoga, pesas rusas o bandas de resistencia son formas geniales de hacer buen ejercicio sin tener que usar una máquina. Si la complejidad del equipo del gimnasio te resulta abrumadora, el uso de elementos sueltos como estos puede permitirte hacer los ejercicios de la forma que con la que estés familiarizados.
¿Es bueno el gimnasio para la ansiedad?
Los psicólogos que estudian cómo el ejercicio alivia la ansiedad y la depresión sugieren que una caminata de 10 minutos puede ser tan buena como un entrenamiento de 45. Algunos estudios muestran que el ejercicio puede funcionar rápidamente para elevar el estado de ánimo deprimido en muchas personas. Aunque los efectos pueden ser temporales, demuestran que una caminata rápida u otra actividad simple puede brindar varias horas de alivio, similar a tomar una aspirina para el dolor de cabeza. Aunque estoy seguro que ya lo sabes, un recordatorio:
- Hacer ejercicio ayuda a despejarte de lo que te preocupa.
- Mover el cuerpo disminuye la tensión muscular, lo que reduce la contribución del cuerpo a la sensación de ansiedad.
- El ejercicio activa regiones frontales del cerebro responsables de la función ejecutiva, que ayuda a controlar la amígdala, nuestro sistema de reacción ante amenazas reales o imaginarias para nuestra supervivencia.
Si bien los estudios científicos son importantes, no necesita consultar un gráfico, estadísticas o un experto para saber qué tan bien se siente después de sudar. Y aunque no gaha falta ir al gym para sudar vas a sentirte orgulloso de ti mismo y con confianza el lograr entrar a un espacio tan intimidante.
Esto es todo por el post de hoy, me encantaría saber vuestras experiencias yendo al gimnasio y qué es lo que os resulta más intimidante.
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