A nadie nos gusta escuchar comentarios negativos sobre nuestras acciones. Nos sentimos juzgados y analizados y es fácil caer en la mentalidad de que «no te valoran lo suficiente». Y lo peor es que las críticas están en todas partes, en el trabajo, en tu círculo social, incluso en las redes. No podemos escapar de ella, ni deberíamos. Hay dos tipos de críticas:
A) Críticas que están destinadas a hacernos mejor. Son auto-constructivas y tienen la intención de convertirte en mejor persona. Normalmente se emplea la técnica sándwich (comentario positivo, la crítica y otro positivo para cerrar)
B) Críticas destructivas y desmoralizantes. Este tipo de críticas están formuladas para ignorar lo positivo de tus acciones y destacar lo que has hecho mal.
Quizás pienses que las críticas destructivas y las constructivas van a depender del emisor de ellas. Pero en este artículo me gustaría darte el poder a ti, el receptor de las críticas. Si bien no puedes cambiar el cómo una critica es comunicada hacia a ti, puedes reformularla en tu cerebro para que todas ellas se conviertan en constructivas.
Por qué las personas altamente sensibles reaccionan tan fuertemente a las críticas
Para las personas altamente sensibles, esas reacciones están profundamente arraigadas en nuestros cerebros. Cuando recibimos comentarios negativos, nos enraizamos en nuestro «cerebro emocional», que pasa por alto nuestro «cerebro racional». El «cerebro emocional» (también conocido como sistema límbico) es donde se almacena nuestro banco de datos de desencadenantes y recuerdos emocionales pasados. Esto le sucede a todos (no solo a las PAS) pero el sistema límbico se activa más entre las PAS que entre las no PAS.
Eso significa que una persona que no es PAS puede usar su cerebro pensante (neocórtex, la parte que maneja la lógica) para no tomarse las críticas como algo personal en el momento. Pero para nosotros, las personas sensibles, incluso cuando lógicamente sabemos que la crítica no es válida, aún necesitamos procesar las emociones que surgen. Estas son a menudo emociones pasadas y presentes; la crítica puede sacar a relucir todos los comentarios dolorosos que nos han hecho en el pasado, y la vergüenza que los acompaña.
Por lo tanto, no sorprende que las personas altamente sensibles hagan todo lo posible para evitar ser criticadas. Y esto puede alimentar nuestras tendencias de complacer a las personas . Saber que superas las expectativas de las personas en tu vida puede ayudarte a sentir que eres «lo suficientemente bueno».
Para las personas sensibles, aceptar eso (y pasar días o semanas analizando un comentario crítico) puede ser completamente agotador.
Cómo lidiar con las críticas como PAS
Ya sea en el entorno familiar, en el trabajo, con los amigos, todo el mundo tiene una opinión sobre ti y de lo que deberías de estar o no haciendo mejor. No podemos huir de las críticas ni tampoco intentar tener a todo el mundo satisfecho. Es por ello esencial que aprendas a lidiar con las críticas y opiniones de otras personas que ni siquiera has pedido.
1. No es nada personal.
Es una de las primera reglas que tuve que aprender trabajando de cara al público y bajo el lema impuesto de «el cliente siempre tiene la razón«. Mentira y gorda. Trabajando en el sector servicios y hostelería acabas por poner una máscara cada vez que el cliente tiene una queja sobre algo. Asentir y disculparse. Eso es lo que aprendí. Pero es algo que no me gusta llevar a otras áreas de mi vida.
En cambio prefiero tener la mentalidad de que «no es nada personal». No todo el mundo tiene una conspiración para hacerte la vida más difícil, no todo el mundo te odia.
Es más, en gran cantidad de casos, una crítica dice más sobre la persona que la expresa que sobre ti.
Piensa en las personas que realmente te importa y admiras. Deberías de poder contarlas con los dedos de tus manos. Pues bien, esas son las personas cuyas opiniones deberán de significar algo para ti. No digo que la crítica de tu jefe no tenga ningun significado, pero no debe afectarte tanto como la de aquellas a quienes respetas y admiras.
2. No siempre tienes que reaccionar.
Cuando sentimos que estamos siendo atacados, nuestra inclinación natural es contraatacar, contar nuestra versión de los hechos y defendernos, es más, como persona muy sensible, probablemente te hayan dicho que te defiendas y te impongas más. Pero a veces, contraatacar puede hacer que te sientas peor contigo mismo y hacer que la situación sea aún más tensa.
Cuando alguien te provoca y te hace hervir de ira, es posible que lo vean como una oportunidad para provocarte aún más. Elegir no responder a una crítica personal envía el mensaje de que no vas a desperdiciar tu energía con las palabras de esa persona.
Sí, algunas personas realmente quieren verte enfadado.
Analiza primero, responde después
Sin embargo, si podemos superar este impulso y simplemente escuchar, hemos dominado una poderosa herramienta que nos ayudará a sacar el máximo provecho de la situación. Como persona altamente sensible puede ser difícil saber cómo reaccionar sobre lo que nos están diciendo, no queremos sobre-reaccionar (en el pasado nos han llamado dramáticos) pero tampoco queremos que nos pisoteen.
En mi experiencia he aprendido a que cuándo no sé como reaccionar, simplemente no reacciono. Es decir, me tomo tiempo para formar una opinión de acuerdo o en desacuerdo sobre lo que me están diciendo. Adquiero primero una posición neutral sobre el comentario, y una vez que me siento preparada, formo mi opinión.
A la misma vez, el escuchar permitirá que la otra parte se sienta menos a la defensiva y más abierta, dispuesta a compartir información que de otro modo retendría. También los hace más abiertos a escuchar tu versión de los hechos.
3. Decide si estás de acuerdo o en desacuerdo con la crítica.
Si tiendes a empatizar con las perspectivas de otras personas, podría ser tentador tomar la opinión de alguien como objetiva. Es posible que incluso haya estado de acuerdo y asintió con la cabeza con alguien solo para ser cortés .
Está bien establecer límites y estar en desacuerdo con cualquier comentario que reciba. A menos que sea un confidente de confianza y le hayas pedido su opinión, la persona que te juzga probablemente no sea la fuente más confiable para señalar tus defectos.
Si crees que hay algo de verdad en las críticas de alguien, toma lo que puedas aprender y date cuenta de que no es un reflejo de tu autoestima. Incluso las personas con mucho talento tienen algo en lo que pueden mejorar, y eso está bien.
Cuestión de perspectiva
Aunque no esté de acuerdo con los comentarios que está recibiendo, aún puede convertirlo en una situación en la que todos ganen. Puedes reconocer que la persona que te confronta puede sentirse de esa manera, aunque no estés de acuerdo. Esto aleja el escenario de que alguien tenga que demostrar que tiene razón o no.
Al aceptar que tiene diferentes puntos de vista, la conversación se mueve a un lugar donde es posible un progreso real. Si estás de acuerdo con la otra persona, reconoces su información e incluso les agradeces por hacértelo saber. Hazles saber cómo el compartir esto contigo te ayudará en el futuro.
4. Valora el feedback positivo.
Deja de ignorar o infravalorar los comentarios positivos que has recibido. Dado que la crítica nos empuja a un estado emocional, es más fácil reflexionar más sobre esos pocos comentarios negativos. Asegúrate de echar un vistazo a la imagen completa y tener en cuenta a aquellos comentarios positivos y las ocasiones en que alguien te felicitó. Uno o dos comentarios críticos no significan que todo el mundo sienta lo mismo.
5. Desahógate escribiéndolo
Escribe lo que te molesta de las críticas que acabas de recibir y escribe lo que te parezca útil. El ponerlo en papel hace que la crítica sea menos personal. A veces, puede hacerte sentir mejor escribir una carta al crítico respondiendo a tu crítica (aunque no planees enviarla).
Además, el escribir tus pensamientos y sentimientos te ayudará a etiquetar tus emociones. Lo cual es clave para entender lo que sientes y el por qué. Esto ayuda a tu autoconciencia, así como a tu capacidad para analizar el cómo piensas (también conocido como metacognición), te ayuda a procesar tus sentimientos, lo que puede reducir la intensidad de las emociones, permitiéndote manejarlas de manera más efectiva.
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