Cómo ganar amigos e influir en las personas de Dale Carnegie es uno de los libros más vendidos de todos los tiempos y que encontrarás en cualquier lista de libros de desarrollo personal. Aunque fue escrito en 1937 los consejos que ofrece se siguen aplicando a la forma de interactuar de la sociedad de hoy en día.
Este libro está centrado en torno a ocho objetivos:
- Salir de una rutina mental, concebir nuevas ideas, adquirir nuevas visiones, descubrir nuevas ambiciones.
- Hacer amigos rápida y fácilmente.
- Aumentar tu popularidad.
- Lograr que los demás piensen como tú.
- Aumentar tu influencia, tu prestigio, la habilidad de lograr que las tareas se realicen.
- Proceder ante las quejas, evitar discusiones, preservar sus relaciones humanas afables y agradables.
- Convertirse en un mejor conversador.
- Despertar entusiasmo entre tus conocidos.
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INDICE
Parte I: ¿Cómo lidiar con la gente?
1. No critiques a nadie.
Cuando criticas a alguien, se pone a la defensiva, hieres su orgullo y provocas resentimiento. A la naturaleza humana no le gusta admitir faltas. Cuando las personas son criticadas o humilladas, rara vez responden bien y, a menudo, se ponen a la defensiva y resienten a sus críticos. Para manejar bien a las personas, nunca debemos criticar, condenar o quejarnos porque nunca resultará en el comportamiento que deseamos.
2. Expresa tu agradecimiento.
El impulso más profundo de la naturaleza humana es el deseo de ser importante . La apreciación es una de las herramientas más poderosas del mundo. La gente rara vez trabaja en su máximo potencial bajo las críticas, pero la apreciación honesta saca lo mejor de sí. El aprecio, sin embargo, no es un simple halago, debe ser sincero y significativo.
La gente a menudo no duda en decir cuando hay algo que no le gusta, pero cuando encuentran algo que les gusta, no dicen nada. Se trata de hacer exactamente lo contrario.
3. Concéntrate en lo que quieren.
Si deseas persuadir a alguien para que haga algo, debes pensar «¿cómo puedo hacer que esta persona quiera hacer lo que deseo?» Existe una delgada línea entre esto y manipular a la gente. No se trata de manipular, en tal caso estariamos influenciando a una persona a realizar cierta acción en nuestro beneficio y en perjuicio de ellos. Cuando el autor habla de influir se entiende que el resultado beneficiará a ambas partes.
Piensa en cuando escribes tu currículum para optar a un puesto de trabajo. El objetivo es venderte y convencer al encargado de recursos humanos de que eres de valor a la empresa. Para ello escribirás tu currículo centrándote en cómo puedes ayudarles y en qué es lo que necesita y quiere la otra persona.
Parte II: ¿Cómo agradarle a la gente?
1. Interésese genuinamente en otras personas.
«Puedes hacer más amigos en dos meses interesándote por ellos, que en dos años haciendo que se interesen en ti»
La única forma de hacer amistades duraderas y de calidad es aprender a interesarse con honestidad por ellos y sus intereses.
2. Sonríe
Algo obvio pero que a veces se nos olvida. Las acciones hablan más que las palabras. Una sonrisa dice «Me gustas. Me haces feliz, me alegro de verte». Las sonrisas son gratis y tienen una capacidad infravalorada para hacer que los demás se sientan bien sobre nuestra compañía.
3. Recuerda el nombre de las personas
Siempre que conozcas a una persona nueva, pregúntale por su nombre . Si no lo escuchaste con claridad, vuelve a preguntar y si es inusual, pregúntale cómo se escribe o por su significado. Repítelo en tu cabeza e intenta asociarlo mentalmente con la apariencia de la persona o utiliza trucos mentales. Por ejemplo puedes hacer un rima en tu mente con el nombre de alguien para acordarte.
Esta es una de las formas más sencillas para hacer que alguien se sienta valorado.
4. Se un buen oyente.
“La atención exclusiva a la persona que le está hablando es muy importante. Nada más es tan halagador como eso «.
Anima a los demás a hablar sobre sí mismos. La forma más fácil de convertirse en un buen conversador es convertirse en un buen oyente. Y para ello debemos preocuparnos por lo que la gente tiene que decir.
Haz preguntas que a otras personas les guste responder. Y incita a la gente a hablar sobre sí misma y sus logros. Creo que en este sentido los introvertidos somos buenos por naturaleza.
5. Habla sobre los intereses de la otra persona.
La lógica es la siguiente: si hablamos con las personas sobre lo que les interesa, se sentirán valoradas y nos valorarán a cambio.
6. Haz que se sientan importante pero hazlo con sinceridad.
Siempre que conozcas a alguien, pregúntate: ¿qué hay de ellos que puedas admirar de forma sincera ?
Siempre haz que la otra persona se sienta valorada. La regla de oro es tratar a otras personas como nos gustaría que nos trataran a nosotros. La gente nos hablará durante horas si les permitimos hablar de sí mismos.
Casi todas las personas que conoces se sienten superiores de alguna manera. Una forma garantizada de caerles bien es notar sus mejores rasgos, aprender de ellos y dejar que se den cuenta de una manera sutil que reconoces su importancia.
Parte III: ¿Cómo convencer a la gente?
1. Evita las discusiones
Siempre que discutimos con alguien, no importa si ganamos o perdemos la discusión, igual perdemos. Y es que, nueve de cada diez veces, una discusión termina con cada parte más convencida de que tienen toda la razón. Puede lograr una victoria a veces, pero estará vacía porque nunca obtendrá la buena voluntad de su oponente.
La otra persona se sentirá humillada o fortalecida y solo buscará reforzar su propia posición.
2. Muestra respeto por las opiniones de la otra persona.
Nunca debemos decirle a la gente que están equivocados. Solo servirá para ofenderlos e insultar su orgullo. A nadie le gusta sentirse humillado especialmente si hay mas personas delante es la manera más fácil de comenzar una discusión, No debemos ser tan directos.
Puedes comenzar con «Bueno, mira, yo creo lo contrario, pero puedo estar equivocado . Con frecuencia lo estoy. Y si estoy equivocado, quiero corregirlo».
3. Si te equivocas, admítelo rápida y enfáticamente.
Siempre que nos equivoquemos, debemos admitirlo de inmediato, y es que, con las relaciones ganamos más a veces cuando admitimos que habíamos cometido un error, que cuando tenemos razón y lo demostramos.
La realidad es que cuando admitimos que nos equivocamos, la gente confía en nosotros y comienza a simpatizar con nuestra forma de pensar.
Obvio se trata de un balance, y que consideres si es necesario iniciar un debate que cause conflicto o simplemente no ganar todas las batallas.
4. Empieza de forma amistosa.
Si comenzamos nuestras interacciones con los demás de una manera amistosa, las personas serán más receptivas. Incluso si estamos muy molestos, debemos ser amables para influir en las personas nuestra forma de pensar.
5. Empieza con preguntas cuya respuesta es SÍ
No empieces por enfatizar los aspectos en los tú y la otra persona os diferenciáis. Las personas deben comenzar con una mentalidad afirmativa.
Cuando hables con la gente, no comiences hablando de tus diferencias, sino por enfatizar la de cosas cosas en las que estáis de acuerdo. Resalta que ambos tenéis el mismo fin y que la diferencia es el método, no el propósito .
6. Deja que hablen más.
A la gente no le gusta escucharnos alardear, les gusta hablar ellos mismos. Déjelos racionalizar y hablar sobre sus ideas. No trates de ganar a los demás hablando demasiado de ti mismo.
7. Deja que sientan que la idea es suya.
Crees más en las ideas que has descubierto tú mismo que en las que te son entregadas. Entonces, ¿no es más prudente hacer sugerencias y dejar que la otra persona encuentre la conclusión ? A nadie le gusta sentir que le venden algo o que le dicen que hagan algo, sino que nos gusta actuar con nuestras propias ideas y hacer las cosas que queremos.
8. Trata de ver las cosas desde el punto de vista de la otra persona.
Trata de ponerte en el lugar de otras personas, pregúntete: «¿Cómo me sentiría o reaccionaría si estuviera en su lugar?».
El éxito en el trato con las personas requiere empatizar y de que seas comprensivo con el punto de vista de la otra persona. Para que una conversación sea cooperativa, debes demostrar que consideras que las ideas y sentimientos de la otra persona son tan importantes como los tuyos.
9. Simpatiza
«Si yo fuera tú, me sentiría igual».
Las personas tenemos la necesidad de que otras simpaticen con nosotros. Quieren que reconozcamos todo lo que desean y sienten y lo que significa estar en su situación. La idea es que al simpatizar con los demás, ellos también apreciarán nuestro lado y, a menudo, volverán a nuestra forma de pensar.
10. Apela a los motivos más nobles.
Si podemos apelar a los nobles motivos de los demás, podemos convencerlos de que sigan nuestras ideas. Por ejemplo, si tu amigo quiere publicar una foto de ti en una fiesta bebiendo, en vez de decirle que no la suba que no te gusta la foto apela a motivos más nobles: «Por favor, mi madre va a sentir vergüenza si ve esa foto mía» (motivo noble de maternidad)
11. Dramatiza tus ideas
Esto se aplica hoy más que nunca, y es que el dar tu idea basado en hechos no es suficiente para que la gente nos crea. La verdad debe hacerse vívida, interesante y dramática. A veces las ideas no son suficientes y debemos dramatizarlas.
12. Lanza un reto
Lo que más motiva a la gente es el juego ya que todos deseamos sobresalir y demostrar valía. Si queremos que alguien haga algo, debemos plantear un desafío y, a menudo, se levantará para afrontarlo.
Si lo piensas es en lo que se basa la típica frase entre amigos de: » a qué no tienes huevos de ________?!»
Parte IV: Cambiar a las personas sin ofenderlas o que nos resientan.
1. Comienza con elogios y sinceridad
La gente hará las cosas a regañadientes si son criticadas pero harán maravillas cuando sean elogiadas y apreciadas. Si necesitas señalar un fallo comienza con las cosas que han hecho bien, siempre es más fácil escuchar cosas desagradables después de haber escuchado algunos elogios de nuestros puntos buenos.
2. Llama la atención sobre los errores de forma indirecta.
Lo cierto es que a nadie le gusta cometer errores, especialmente frente a los demás. Regañar y culpar solo sirve para humillar. Si mostramos sutil e indirectamente a las personas los errores, ellos nos apreciarán y será más probable que mejoren.
3. Habla de tus propios errores antes de criticar a la otra persona.
Cuando algo sale mal, asumir la responsabilidad puede ayudar a que otros se pongan de su lado. A la gente no le gusta cargar con toda la culpa y atribuirse el mérito de los errores ayuda a quitar el aguijón de nuestras críticas a los demás.
4. Haz preguntas en vez de dar órdenes directas.
A nadie le gusta recibir órdenes, pero si ofrecemos sugerencias aumentarás la confianza de los demás y les permitirás aprender rápidamente de sus errores.
5. Deja que la otra persona guarde las apariencias.
Nada daña la dignidad de una persona como un insulto a su orgullo. Si no condenamos a nuestros empleados frente a otros y les permitimos guardar las apariencias, estarán motivados para hacerlo mejor en el futuro y estarán seguros de que pueden hacerlo.
6. Elogie cada mejora.
A la gente le encanta recibir elogios y admiración. Como líder si realmente queremos que alguien mejore en algo, debemos elogiar cada uno de sus avances: «las habilidades se marchitan bajo la crítica, florecen bajo el estímulo».
7. Resalta su propia reputación.
Si alguien hizo un buen trabajo en el pasado, pero comenzó a entregar un trabajo de menor calidad, una buena idea es recordarle que siempre hizo un trabajo sobresaliente. Dales una buena reputación para estar a la altura y harán grandes esfuerzos en lugar de demostrar que estás equivocado.
Si damos a las personas una gran reputación para vivir, desearán encarnar las características con las que las hemos descrito. Las personas trabajarán con vigor y confianza si creen que pueden mejorar.
8. Utiliza la motivación.
Haz que los errores parezcan fáciles de corregir. Si un resultado deseado parece una tarea trascendental, la gente se rendirá y se desanimará. Pero si un fallo parece fácil de corregir, rápidamente aprovecharán la oportunidad de mejorar. Si enmarcamos los objetivos como mejoras pequeñas y fáciles, veremos un aumento dramático en el deseo y el éxito de nuestros empleados.
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